Hoy en día las mochilas infantiles están mucho mejor pensadas que antaño. Las mochilas de hoy en día son ergonómicas, resistentes, con forro y ruedas, que prácticamente podrían ser coches de alta gama. Por suerte, ahora está bien visto que las mochilas lleven ruedas pero durante mucho tiempo los que las usaban eran los pringados -con la espalda sana, eso sí- que además de todo siempre iban con cara de vergüenza porque lo que importaba era molar.
¡Qué jóvenes y tontos podemos llegar a ser!
Si pudiéramos retroceder todos los adultos que hemos usado mochila de carga pagaríamos con nuestros ahorros una mochila de ruedas y competiríamos por ver quién lleva las ruedas más grandes. Los más cool de la pista de mochilas seríamos.
La parte buena de todo esto es que somos el sustento de una generación de fisioterapeutas que tienen que arreglarnos el saco de contracturas que arrastramos desde los 10 años.
También habría que ver quién fue el listo que decidió que cargar la espalda de niños en crecimiento con 20 kilos de libros era una buena idea, para que luego digan que el saber no ocupa lugar ni daña a nadie.
Ejercitar la responsabilidad de los niños es una ardua tarea. A menudo nos empeñamos en que no tengan responsabilidades para que puedan disfrutar de ser niños o de darles quizás demasiadas para que aprendan a ser independientes. Siendo sinceros aquí nadie os debe juzgar, solo se debería escuchar al propio niño, lo que siente y lo que realmente puede hacer. Hay que intentar adaptarse a su propio ritmo y tratar de hacerlo progresivamente.
Las tareas que se hagan a la vez que un adulto, las asumirán de forma más sencilla que si se les ordena hacer algo sin más. Una de las primeras tareas que mejor les ayuda a desarrollar la responsabilidad es la de recoger sus juguetes, a menudo esto provoca muchas quejas, lloros y peleas, porque se plantea como una obligación aburrida, pero si se convierte en un juego se puede llegar a hacer de forma muy amena, por ejemplo guardando sus juguetes en un arcón o en mochilas infantiles antes de ir al cole en forma de carrera o concurso, incluso con música.
No nos olvidemos de que los más pequeños de la casa tienen sus propias necesidades y hay que adaptarse en la medida de lo posible a ellas.